Una mujer denunció que la vivienda que alquiló en la localidad de Rincón a un grupo de jóvenes fue utilizada para una fiesta clandestina que reunió a alrededor de 200 personas y donde se cobraba 650 pesos la entrada.
Las cuñadas se tomaron a golpes de puño y patadas luego de que una le criticara a la otra: “La pijotera no le puso alcaparras”. Un tío se despertó, sacó un revólver y abrió fuego al aire.
Los médicos forenses arriesgaron que tenía en el agua al menos un mes y esto habría provocado en el resto un avanzado estado de descomposición.
En este caso, trabajadores del lugar, encontraron tres cabezas de terneros, los cuales fueron faenados.