El juego se llama Bingo Salud, es online y se transmite todas las noches por streaming. Hay premios y cientos de participantes en cada partida.
Sergio Butara es un emprendedor y comerciante de Ramallo, provincia de Buenos Aires, y en medio de la cuarentena creó un juego sin fines de lucro para entretener a sus vecinos y evitar que salgan de sus casas.
El juego se llama Bingo Salud, es online y se transmite todas las noches por streaming. Hay premios y cientos de participantes cada noche.
Se trata de un bingo virtual abierto a la comunidad donde Sergio va sacando bolillas con números por streaming en vivo y los vecinos que quieren jugar simplemente deden tener un cartón a mano –profesional o hecho a mano con quince números elegidos entre el 1 al 90.
Para controlar los números de cada participante, Sergio les pide que previamente le envíen una foto del cartón por WhatsApp y él procesa y controla todos los datos para saber quiénes completaban una línea o hacían cartón lleno.
Según comentó Sergio en Al Derecho y Al Revés “la idea surge del propio aburrimiento y del miedo a lo que iba a suceder al momento de declararse la cuarentena obligatoria".
Sergio es una persona muy activa y no le gusta quedarse mucho tiempo en su casa, entonces pensó que podía hacer para ayudar en este momento.
Tuvo la idea en mente varios días hasta que se decidió y les pidió ayuda a sus hijas ya que él no manejaba mucho el tema de las redes sociales.
Comenzó con una publicación “precaria” en Facebook donde invitaba a la gente a sumarse a la transmisión del Bingo a las diez de la noche.
La primera transmisión que fue el 23 de marzo “fue muy improvisada” recuerda Sergio, pero tuvo muy buena respuesta y la gente le agradecía porque “habían tenido una noche distinta”.
Ya la segunda noche se sumaron más participantes y el número superaba los 100 y con los días fue creciendo y con el correr de los días el Bingo Salud se volvió el entretenimiento del pueblo que cada noche se conecta a jugar y divertirse en plena cuarentena.
“Todas las noches nos mandan fotos a la página y vemos que son cinco, seis personas reunidas todas las noches, después de la cena en una mesa. Son fotos tan lindas, tan ‘familieras’, como hace años habíamos perdido”.