La dura historia familiar del delantero de Colón que a los 18 años, y en el comienzo de su carrera, se quedó sin su mamá y ahora sin su papá.
A pocos días del partido más importante en su inicial carrera en Colón, Facundo Farías sufrió la peor noticia que le podían mencionar: la muerte de su padre. En la fría noche santafesina, en una clínica privada donde estaba internado hace varios días, se confirmó este miércoles el fallecimiento de Marcos Farías.
Otro golpe para la joven promesa del Sabalero que despidió a su padre en sus redes sociales con un mensaje muy sentido: "Descansa en paz viejo. Te amo". Farías, que de muy pequeño la tuvo que pelear, no es la primera vez que la vida le da un duro revés.
Facundo Farías nació en Santa Fe el 28 de agosto de 2002 cuando sus padres eran muy jóvenes. Desde ese momento, su abuela se hizo cargo de él. Lo crio, lo educó y le dio mucha contención.
El joven de Barrio Los Hornos pasó su infancia bajo la tutela de su 'nonna' por quien tiene un amor que pocos son capaces de sentir. Cuando tenía tan sólo los 10 años, el destino le tenía preparado su primer cachetazo: su madre luego de pelear durante un tiempo contra el cáncer, murió a los 26 años.
La familia que le quedó fueron sus abuelos, su padre, su hermanita y un tío. Luego, se encontró con el fútbol una manera de sobrellevar tanta tristeza.
Luego de una prueba quedó como futbolista de Santa Fe Fútbol, una franquicia del Corinthians que en ese momento operaba en la Liga Santafesina.
Después de algunos años pasó a Colón, donde a los 13 años ya se destacaba en las divisiones inferiores. Ahí fue cuando su nombre llegó a Buenos Aires.
Martín Sendoa, representante de futbolistas como Nicolás Otamendi o Enzo Copetti, lo contactó.
El tiempo lo convirtió casi como en un padre para Facundo. A sus 18 años, mientras suena en equipos como el Flamengo de Brasil o Atlético Madrid de España, mientras su carrera se afianza en Colón y se hace cada vez más fundamental en el equipo para el entrenador Eduardo Domínguez, Facundo Farías perdió a sus padres.
El dolor de un pibe que recién comienza pero que seguramente ni él ni nadie sabe, por su potencial, a dónde puede terminar.